Freyax

miércoles, 20 de marzo de 2013

Chicos solos en el ambiente liberal


Después de unos años en mundo liberal hemos tenido la oportunidad de conocer a muchos chicos solos, ya que una de nuestras practicas preferidas son los tríos y especialmente los tríos donde el tercer participante sea un hombre con tendencias bisexuales, y hoy quería compartir con vosotros los diferentes perfiles de chicos solos que nos hemos ido encontrando:

100% heterosexual
Estos son la mayoría, no es una critica pero ellos y nosotros no entendemos los tríos de la misma manera, para ellos un trío simplemente es la oportunidad de follarse a mi mujer donde yo solo soy un espectador privilegiado de su potencia sexual, y el trío se convierte en dos personas follando mientras una mira. “Ni me mires, ni me toques, ni me roces, si no tienes tetas y coño

Amante
También nos hemos encontrado al típico chico que no entiende que mi mujer mantiene una relación completamente satisfactoria tanto en el plano físico como en el plano emocional, y lo primero que hacen cuando consiguen hablar con ella a solas, es proponerle quedar sin que yo me entere. “ Mi mujer es liberal no infiel”

Pesado
Otro perfil es el pesado, gracias a estos mi mujer ya no da su teléfono a ningún chico , supongo que todos sabéis a quien nos referimos, son todos aquellos que no paran de enviar mensajes, mails,etc.. aunque no les respondas, no entienden un no, son aquellos que si no se les contesta su mensaje al instante se ofenden, porque claro tú no tienes vida, tu única obligación desde que te levantas hasta que te vas a dormir es contestar todos y cada uno de sus mensajes. “ No, es No, y un tal vez, también es No”

Los Casados infieles
Lo primero es agradecer la sinceridad a los pocos que lo primero que hacen es comunicar su situación sentimental y dejar claro que cada uno con su vida hace lo que quiere, pero que no nos la complique a nosotros por favor. La mayoría de estos chicos intentan ocultarte su relación sentimental, pero claro cuando intentas cuadrar un día para quedar y solo pueden entre semana en horas laborales de su santa esposa, pues se os ve el plumero... “No te ofendas, pero no nos gustan las mentiras”

El semental
El mundo gira alrededor de mi polla, todos debéis adorarla y someteros a su poder, son los que tienen una vida sexual mas monótona, no entienden otra manera de disfrutar del sexo que no sea la penetración y si tienen suerte una mamada, pero claro todo enfocado a su polla de tamaño “descomunal” su simple visión tiene que provocar un orgasmo a mi mujer o en su defecto una masturbación pensando en lo afortunada que va a ser cuando la pueda notar dentro de ella. “Si llegaras a mamártela serias el hombre más feliz del universo”

El confuso
Estos confunden a una mujer liberal con una puta, se creen que porque mi mujer es liberal esta obligada a acostarse con ellos, que mi mujer no tienen ningún limite, y que físicamente le atraen todos los hombres. “ Si fueras el último hombre de la tierra la humanidad estaría condenada a extinguirse”

El cachas
Es una variación del semental pero el mundo ya no gira alrededor de mi polla, ahora gira alrededor de mi cuerpo escultural moldeado en miles de horas de gimnasio, si una cuarta parte del tiempo que han dedicado al gimnasio lo hubieran dedicado a leer … se pasan la mitad de la noche enseñándote sus mejores músculos, la pena es que los esteroides no dejan trabajar al musculo más importante esa noche. “Deja de decir monosílabos”


El vicioso
No voy a tirar la primera piedra, porque yo también tengo mis vicios y de la persona que no confiese los suyos no me pienso fiar, ademas lo bueno de hablar antes de quedar es que puedes comprobar si tus gustos son similares, lo que no es de recibo la primera noche, sin saber si a las otras personas les gusta, es proponer practicas sexuales que se tienen que llevar a cabo o no con mucha confianza, proponer un beso negro, una lluvia dorada, etc... sin haberlo hablado antes crea una situación violenta que deberíamos poder evitar. “Todo tiene su momento y su lugar”

El Bisexual
Para nosotros son la opción perfecta para hacer un trío, porque permite que los tres participemos en igualdad de condiciones, ser bisexual no implica que en todas las relaciones se tenga que practicar el sexo anal, para nosotros lo importante es que la persona este relajada y disfrutando del momento y crear un ambiente de confianza, en un trío bien hecho es imposible que los chicos entre si no se rocen o se toquen. “Tres son compañía”

El Casado consentido
A diferencia del anterior chico casado este lo primero que hace es confesarte su estado civil, en el que sentimentalmente es feliz pero sexualmente no esta completo, por culpa de su mujer que no es tan activa sexualmente como el, pero como se quieren mucho ella le permite quedar con parejas...no digo que eso no sea posible, pero en la mayoría de nuestras experiencias, estas personas suelen ser muy celosas de su pareja y no estarían dispuestos a que su mujer participara de un intercambio ni por supuesto ni en un trío hmh, el único trío en el que les gustaría que su mujer participara, sería en un trío con otra mujer. “Aquí follamos todos, menos mi mujer”

El Cómplice
Uno de cada mil, es el compañero de juegos ideal para una pareja, intenta seducir a mi mujer pero compartiendo conmigo el juego, se adapta a cumplir nuestras fantasías y propone la forma de cumplir las suyas, los juegos son siempre a tres aunque a veces solo sean dos en la cama, inteligente, morboso, atento, seductor, su órgano sexual más potente no esta entre las piernas sino entre sus dos orejas, tiene la capacidad de saber estar y de no basar toda la relación en el sexo. “Te vamos a cuidar”



jueves, 14 de marzo de 2013

The international meeting (I)


Como cada año tenía la convención de la empresa, me lo tomaba como lo que era jornadas de trabajo y poder ver a compañeros con los que hablas por teléfono todo el año y al final les pones caras.

Durante toda la tarde-noche del domingo las personas de las diferentes sucursales habíamos ido llegando al hotel donde nos reuníamos, yo llegué bastante tarde. Mientras me registraba, llegó también un chico y al dar su nombre, oí que se trataba de un compañero con el que hablo casi a diario. Me volví, le sonreí y le dije mi nombre, él me saludo afectuoso, con una sonrisa en los labios. - “Por fin! Pongo cara a esa voz tan sensual, me dijo.”

Nos sentamos en el hall con otros compañeros a tomar una copa, empezamos a hablar de cosas intrascendentes, y durante todo ese tiempo él espiaba mi escote, cosa que no me molesto sino al contrario me sentí muy halagada. Él tenia un polvazo, me gustaba su forma descarada de mirarme las tetas, la boca...ufffff...me estaba poniendo a mil.


En ese momento se me cayo una servilleta y su mirada al recogerla, se entretuvo en mis piernas cruzadas. Me di cuenta y las abrí lentamente dejando al descubierto, mis braguitas que presionaban y daban forma a mi coñito. Los demás no se dieron cuenta...yo ya estaba mojada de ver como contemplaba mi triángulo y me imaginaba su lengua pasando lentamente una y otra vez, arriba y abajo, hasta darme el placer que deseaba.


Mire el bulto delator de su pantalón, parecía que le iba reventar la cremallera, le miré y me pasé la lengua entre los labios, mirándole a los ojos, era evidente que se me hacía la boca agua, en ese momento me imaginé dándole una rica chupada. Después de hablar un ratito más con los compañeros, me despedí para subir a mi habitación a relajarme, así lo dije, mirándole directamente a él.


Una vez en la habitación me dí una ducha y me puse un camisón de seda blanco y un tanguita a conjunto que no deja nada a la imaginación.


Estaba pensando en él, si subiría y empezaríamos a darnos el placer que nuestras miradas buscaban, cuando en ese instante tocaron a la puerta la abrí, siendo muy consciente de como iba vestida, y sin más sonrió y pasó. 


Traía, como excusa unos papeles para que revisáramos juntos para la reunión de mañana.


La situación era muy divertida. Ahora en la intimidad de la habitación, intentaba no mirarme con descaro. Pero la tentación era demasiado fuerte y cada vez que levantaba la vista del papel me lanzaba unas breves pero intensas miradas furtivas. Yo, no queriendo evitarlo y le facilitaba la maniobra desviando la vista al techo como si pensara la respuesta unos instantes los que él aprovechaba para clavar con ansia sus ojos en mi cuerpo que se insinuaba desnudo bajo el camisón 
semitransparente.

Su mirada escrutadora parecía traspasar el tejido y me hacía sentirme como si estuviera totalmente desnuda. Notaba un intenso cosquilleo en mi vientre y un extraño afán exhibicionista se apoderó de mí. La perspectiva me encantaba. El desafío ante un hombre que definitivamente me gustaba era tan 
tentador que decidí que podía permitirme llevar la provocación un poco más lejos. Le ofrecí algo de beber y crucé todo la habitación contoneándome, con un escandaloso movimiento de caderas. Estaba segura de que el tenue camisón clareaba la redondez de mis nalgas y al alejarme sentí su mirada recorriéndome las piernas para clavarse en mi trasero. Luego, al servir los vasos, me incliné sobre la mesita sin ninguna precaución, con aparente descuido. Mi generoso escote le ofreció una completa y provocativa visión de mis pechos desnudos.

Él no podía ocultar su azoramiento y nerviosismo. Intentaba desviar la mirada. Yo estaba disfrutando tanto de la situación que decidí llevar aún más lejos mi maquinación. Yo seguía fingiendo distracción, y dejé las piernas ligeramente abiertas. Lo suficiente para que mi cortísimo camisón le permitiera vislumbrar levemente mi coñito depilado.


Su turbación se convirtió en verdadero desasosiego. No conseguía leer un párrafo completo sin que sus ojos se evadieran del papel para concentrarse unos segundos en mi entrepierna. Constantemente balbuceaba y pronunciaba mal y estaba super nervioso. La escena me calentaba y el cosquilleo que sentía en el vientre se hizo más intenso y profundo. No podía dominar el extraño deseo de exhibirme ante él, que me invadía. Mis rodillas se fueron separando muy lentamente por sí mismas, forzando a mi escueto camisón a deslizarse hacia arriba por mis muslos.


Terminé con las piernas convenientemente abiertas para que pudiera disfrutar una completa panorámica total de mi, a estas alturas, mojado coñito. Aunque yo intentaba disimularlo manteniendo una actitud aparentemente despreocupada, era evidente que esa obscena postura no era fruto del descuido.La persistente e impúdica exhibición de mi sexo representaba una clara y deliberada provocación por mi parte que acabó por motivar un radical cambio en su aptitud. En un completo y desafiante silencio, mantuvo sus ojos clavados en mí con atrevimiento, devorándome con su mirada penetrante.


Me mantuve inmóvil con una cándida e inocente sonrisa pintada en mi cara. Aquella forma de contemplarme intensificó mi excitación y agudizó el capricho de exhibirme. Una creciente humedad se iba formando en mi entrepierna, principal objeto de su atención. No pude evitar mirarle a los ojos con insinuante descaro sin que él desviase su mirada desafiante.


Si esperaba que me intimidase se equivocaba porque, en lugar de retraerme, decidí abrirme definitiva y completamente de piernas. Cuando diviso los rosados labios de mi sexo que destacaban palpitantes, su corazón se acelero y el ambiente se cargó de una lujuriosa sensualidad. Transcurrieron unos momentos ante su indecisión. Dibujé una sonrisa de pícara satisfacción y me humedecí los labios con la lengua, en un gesto lleno de lascivia y voluptuosidad. Y aquello fue el detonante final que le hizo vencer cualquier atisbo de duda. Se puso de pie a mi lado se abrió la bragueta para liberar una enorme y rígida polla que saltó como un resorte y quedó apuntándome tiesa y desafiante a escasos centímetros de mi cara. La miré con gula y nada más propinarle el primer lengüetazo de arriba abajo, comenzó a acariciarme ansiosamente los pechos sobre el camisón. Me introduje con glotonería su formidable miembro en la boca y empecé a lamerlo y a chuparlo con fruición, metiéndolo y sacándolo y propinándole enérgicas caricias con la lengua. Mientras él me estaba deleitando con un hábil manoseo en las tetas y me pellizcaba suavemente los pezones hasta que me cogió en brazos para dejarme tumbada sobre la cama. Echada boca arriba con el camisón arrugado a la altura de las tetas, las piernas totalmente abiertas, inició una serie de variadas y suaves caricias de su lengua por mis pechos mordisqueándome los pezones para bajar luego hacia mi sexo. Aquellas deliciosas lamidas recorriendo mi raja me volvían loca de deseo. Él jadeaba enardecido, su lengua se esmeraba en insuperables lamidas incidiendo con destreza en el clítoris causándome verdaderos espasmos de placer.


Girando encima de mi, sentí su polla en mi boca, me la metí de nuevo hasta el fondo, a estas alturas vibraba y se estremecía con los estertores previos al orgasmo e intensifiqué la succión sobre el glande con el máximo ardor. Los lengüetazos sobre mi clítoris se habían vuelto irresistibles, su lengua penetraba dulcemente en mi vagina provocándome una deliciosa sensación de goce que me hacía temblar de placer. Jadeando entre espasmos, tras dos fuertes convulsiones, llegue al orgasmo. Estaba tan concentrada en mi propio goce que el primer disparo de semen me agarro desprevenida.


La potente ráfaga impacto con fuerza en mi mejilla formando un cálido reguero de leche pastosa que resbalaba como un torrente goteando sobre mis tetas. Conseguí atrapar su miembro con los labios y metérmelo en la boca justo a tiempo para que la segunda erupción se estrellase contra mi paladar. Succioné con fuerza la palpitante polla mientras vomitaba con profusión una inmensa cantidad de esperma que me llenó toda la boca, inundándola de deliciosa crema. Me encontraba al borde del éxtasis temblando y sudorosa. El hábil chupeteo de su lengua en mi clítoris se convirtió en una fricción tan enérgica que sin poder evitarlo me corrí convulsionándome y vibrando de gusto en un orgasmo fortísimo e interminable. Las potentes oleadas de intenso placer que me invadían, me impulsaban a emitir exagerados gemidos de satisfacción. Pero el enorme miembro que vibraba en mis labios no cesaba un instante de vomitar semen. Al no poder reprimir los agudos gemidos que pugnaban por salir de mi garganta, con toda la boca anegada de esperma, casi me atraganto.


Aún estaba alterada por los estertores finales de mi intenso y largo orgasmo. Pero yo sorbía con fuerza su debilitado miembro para extraer golosamente las últimas gotas de su eyaculación. Se dejo caer a mi lado, exhausto y satisfecho, mientras con cadencia me tocaba la mejilla, le mire y le dije: Esto solo ha sido el primer asalto....




martes, 5 de marzo de 2013

El ascensor



Tenía una reunión ese día, llegué al edificio y me dirigí a los ascensores, había uno abierto, entré y pulsé el botón de la planta a donde me dirigía. Me fijé en mis compañeros de ascensor, eran dos chicos, uno vestido de forma informal y otro trajeado. De repente en el 4º piso el ascensor empezó a hacer ruidos extraños y finalmente se paró. Los 3 nos miramos un segundo antes de apagarse la luz.

¡Vaya por Dios! No me asusto fácilmente, pero quedarse encerrado en un ascensor a cierta altura, siempre da un poco de “yuyu”. Uno de mis compañeros de encierro, bajo las luces de emergencia que apenas nos dejaba ver, empezó a pulsar el timbre de emergencia. En ese momento saltó un chispazo y nos quedamos totalmente a oscuras.

El chico trajeado, pulsó el botón de emergencia y este ni siquiera sonó, quizá inutilizado tras el chispazo, por lo que decidió llamar por su móvil, pero al estar atrapados entre dos pisos había perdido la cobertura. Pasó el tiempo y nadie aparecía para hacer menos angustiosa la espera, nos presentamos. El chico del traje se llamaba José y el otro Guille. Hablamos de lo típico, que menudo ascensor, que que mala suerte, que nos abrirían pronto....

El ascensor repentinamente se movió como si fuese a funcionar, pero nada. Hizo un movimiento brusco y se paro.
Fue un golpe seco y yo en la total oscuridad, grité y me aferré a José instintivamente. Me cobijó en sus brazos y cuando me di cuenta me separé. Guille me preguntó (acercándose a mi) si me encontraba bien, le dije que sí, pero en realidad no lo estaba, respiré hondo y me tranquilicé a medias, con esos dos extraños cerca sentí una mezcla de excitación y miedo. José se acercó a mi un poco más y me abrazó. Sí, me abrazó y yo alucinada le devolví el abrazo y le di las gracias realmente lo necesitaba.

Sin poderlo evitar, le acerqué los labios hasta que pude sentir su aliento en mi garganta y aunque dudé un instante, lo más silenciosamente que pude le besé suavemente. José ni corto ni perezoso me devolvió el beso y jugueteamos con nuestras lenguas, mientras Guille carraspeaba.

Me separé y aunque buscó mi boca no se la volví a ofrecer. Al contrario, no le hacía mucho caso y estaba hablando con Guille cuando sentí una mano desde atrás subiendo por mi pierna, levantándome lentamente la falda, y notando el sexo abultado de José apoyado en mi culo. Me acaloré instintivamente. Guille me hablaba lento, muy dulce y cada vez en un tono más agradable, me decía que pronto nos sacarían de allí. A todo esto José estaba bastante callado, explorando la parte trasera de mi cuerpo, y de repente sentí que me deslizaba mi tanguita por mi culo y algo caliente que yo pensé sería su mano se acercaba a mi sexo. Era su polla, y lo mejor de todo era que yo lo deseaba, estaba completamente húmeda y necesitaba su sexo encajando en el mío.

Cuando se introdujo en mi cuerpo, emití un ligero gemido, aproveché para echarme un poco hacia atrás y así clavarme en ese pene maravilloso que comenzaba a poseerme lentamente. Me di cuenta que Guille estaba muy cerca de mí, me apoyé en su cuerpo, noté como su polla estaba completamente tiesa, sin duda había oído el “jueguecito” que nos traíamos y también quería participar.

A estas alturas José me bombeaba sin piedad por atrás, y yo loca de deseo, comencé a gemir y a moverme con ganas y con fuerza, en círculos sobre su polla. Guille me agarro de la nuca y guió mi cabeza hacia su entrepierna, estaba muy empalmado, tanto que me costó bastante sacarle aquel refulgente falo que me entretuve en lamer desde la base hasta la punta como si fuera un helado, para finalmente acabar metiéndome la punta en la boca, chupándosela con los labios, hacia delante y hacia atrás, mientras giraba la lengua alrededor del glande. Se bajo los pantalones – no llevaba ropa interior, para mi satisfacción - hasta los tobillos y me metí la polla casi entera en la boca, con la mano izquierda le tanteaba las nalgas y le introducía con movimientos circulares el dedo en el culo, moviéndolo muy despacio, apretando al mismo ritmo con el que mi lengua jugueteaba con su polla. 
Le oí susurrar algo y su esfinter se cerró con fuerza alrededor de mi dedo corazón; ya comenzaba a jadear...así que comencé a masturbarle muy deprisa con mi mano cerrada alrededor de su pene, porque deseaba verle correrse. No sé exactamente en que momento ni quién me desabrochó la camisa y me soltó el sujetador, pero sentí como cuatro manos recorrían mis pechos y mi cuello, enredándose en mis pezones.

Guauuuu!!, que sensación tan maravillosa estar así entre dos hombres. Guille iba amasando mis pechos y en un momento dado noté como José empezaba a lubricar mi ano con sus dedos. Sentí como introducía primero un dedo, y luego dos, esa sensación me puso como una perra, haciendo que me corriera en un orgasmo compulsivo.

José me dio la vuelta y se agachó buscando mi coñito y lo lamió con gusto y detenimiento, mientras me introducía un dedo en mi vagina. Guille recorrió mi espalda a besos, produciéndome pequeñas descargas de cosquillas y placer hasta que llegó a mi ano. También se agachó y empezó a lubricarlo con la lengua, ummmmmmmm, que rico era lo que me estaban haciendo, y en pocos instantes volví a tener otro orgasmo. Ambos pararon y José me bajó la cabeza para que se la comiese, cosa que hice con sumo placer.

Guille aprovechando la postura, me introdujo su polla en mi coñito ultra lubricado de un golpe seco. Menuda estocada. ¡Cómo gemí!, y eso que tenía la polla dura de José a punto de reventar en mi boca, lo cual pareció ser la gota que colmó el vaso, nunca mejor dicho. Exploté en un nuevo orgasmo, mezcla de grito y gemido. .
Uffffff, estaba gozando como una puta. Los 3 estábamos sudando, el ascensor olía a sexo del bueno.

José se tumbó en el suelo, y me atrajo hacia él, mi coño húmedo entró en su polla hasta el fondo, manoseaba mis tetas, pellizcaba mis pezones hasta ponerlos duros y golpeaba mis nalgas con palmadas rápidas, me estaba volviendo loca de deseo, entonces Guille se arrodilló y comenzó a lubricar la entrada de mi ano y apoyando sus manos en mis caderas se paró a la entrada y poco a poco fue introduciendo su polla en mi culo.

Cuando la introdujo entera se quedo quieto un rato, mientras mi culo se adaptaba a su polla y al revés, José se quedo quieto también esperando a su compañero de follada. Comenzaron a moverse cada uno a su compás hasta que poco a poco adaptamos nuestros ritmos. Sus pollas me llenaban y se rozaban en mi interior, estaba llena. Yo estaba ocupada, acariciando, besando y jugando con las bocas y las lenguas, note que los dos se ponían tensos uno frente a mi y el otro a mi espalda y les grité: vamos a corrernos todos juntos yaaaaaaaaaaaaaa y los tres nos vaciamos a la vez.

No queríamos soltarnos, estábamos jadeantes, cansados y yo un poco dolorida. Nunca antes había disfrutado de una doble penetración. Fueron retirando sus pollas y yo gocé ese ligero instante en que salían. Ooohh, que rico ha sido chicos, me ha encantado me habéis hecho gozar como una guarra, y dicho esto les di a ambos un beso lento, muy lento y húmedo. Era el premio por ser tan buenos amantes. Me abrazaron y así permanecimos un rato, los tres abrazados sintiendo nuestros cuerpos.

El ascensor arranco de pronto, nos recompusimos las ropas, nos miramos, sonreímos. La megafonía del habitáculo dijo:”7º piso”, las puertas se abrieron y yo baje del ascensor.