Freyax

viernes, 17 de mayo de 2013

Bebiendo de Mar


Hoy os traigo un relato de un buen amigo, argentino para más señas. Espero que disfrutéis del relato tanto como lo he hecho yo, y para cualquier comentario, os dirigís a @sermagri
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El teléfono de mi habitación sonó:

- Sr, hablo de recepción
- Si, buenas noches
- Sr, lo busca la Sra Mar Marina
- Gracias, que suba...

A lo lejos escucho la campanilla del ascensor que se detiene en el piso de mi habitación  Doy un último vistazo al cuarto, todo está en orden. Me pongo unas gotas más de mi perfume preferido para la ocasión, Polo Blue, justo cuando unos golpecitos suaves pero firmes se escuchan en la puerta.

Mi latidos se aceleran... Abro la puerta y nos quedamos mirando... El tiempo se detiene, te agarro entre mis brazos y nos fundimos en un abrazo. Tus pechos se clavan en mi pecho, siento que son como tizones encendidos... Mi miembro se pone duro, duele apretado dentro del jean. Te das cuenta y me empujas con tu pubis. Te miro y busco tu boca, con los ojos cerrados la entreabris dispuesta a que mi lengua busque la tuya... Pero no me apuro, agarro tu labio y con mis dientes te lo aprieto, con tu lengua tratas de zafarte, pero no te dejo...

Sin soltar tu boca te llevo al borde de la cama, te siento y tu mano tantea mi verga dura y queres bajarme la cremallera... No te dejo, dulcemente pero con firmeza te recuesto. Mis manos te desabotonan la blusa, tus pechos también parecen estallar. Tus pezones duros, paraditos, piden a gritos que los bese, que los chupe con intensidad... Les hago caso, atrapo a uno entre mis labios y con la lengua le doy golpecitos, comienzas a respirar más hondo, todo me indica que voy por buen camino y sigo succionando con placer.

Tu falda corta, no es un impedimento para dejar al descubierto unos muslos firmes, bien torneados. Mi mano baja y comienzo a acariciar la parte interna, con la yema de mis dedos. Automáticamente tus piernas se abren un poquito, en silencio me estás ordenando que toque tu sexo, que seguramente a esta altura ya debe estar mojadito... Casi sin querer, mi dedo medio hace un poco de presión a la altura en donde tu clítoris aún se encuentra protegido por los labios mayores. Un gemido tuyo, mi verga a punto de estallar... Me tengo que controlar, pienso. 

Me arrodillo junto a vos... Querés incorporarte, agarrar vos las riendas, ser la hembra dominante... Pero todavía no, soy yo el que quiere llevarte a tu primer orgasmo.
Arrodillado entre tus piernas, me acomodo y con destreza te quito la bombacha... Tu sexo queda a cm de mi cara, te acomodas apoyándote en tus codos, no querés perderte detalle de como voy a disfrutar bebiendo tus jugos. Te miro, nos miramos... 

Con perversidad mi lengua recorre tu muslo, tu parte exterior de tu sexo ardiente, tu fastidio me divierte:

- Por favor - me decís casi suplicando - Pedime Mar, pedime
- Chupamela.. Ahora!

Con dulzura, mi lengua te penetra hasta llegar a tu clítoris hinchado de placer, tus jugos salados... Los saboreo como la ostra más preciada, con mi lengua dentro tuyo te miro . Verte gozar a punto de estallar, hace que mi lengua enloquecida se introduzca dentro tuyo. Estás a punto de acabar, me doy cuenta por tus gemidos, por el estremecer de tu cuerpo. Me agarrás la cabeza para hundirla con fuerza en tu concha mojada por mi saliva y tus jugos pero me zafo, saco mi lengua que sin aviso se mete traicioneramente en tu culo, que suavemente se relaja y se distiende... Ahora si, no das mas! 

Hundo mi cara en tu sexo, siento como tus jugos comienzan a emborracharme. Tu cuerpo se arquea, tus uñas se clavan en mis hombros... Te miro, nos miramos justo cuando estallás... Que hermosa imagen verte retorcida de placer... Lamo con total dulzura tus jugos, mi saliva... 

Mi dulce Mar, tu sexo salado como el mar, y yo bebí de el.

Me quedo así, quieto y expectante esperando que disfrutes tu explosivo orgasmo, mi cara y mi barbita prolijamente recortada, huelen a tu sexo. Como al descuido y antes de incorporarme la punta de mi lengua humeda acaricia tu clitoris todavía hinchado, das un estertor de placer. Me pongo de pié y saco mi verga dura y, a este punto viscosa. Me bajo los pantalones y agarrándola firmemente, te la refriego por tu sexo. Muy lentamente mi cabeza roja y deseosa de acción recorre cm a cm tu concha jugosa... 

De pronto, como resucitada de un sopor profundo, te sentás en el borde de la cama. Ahora sos vos la que quiere tomar las riendas, y sin darme tiempo a nada tu boca se abre y mi verga caliente con el calor y la humedad de tu boca parece que va a estallar. Hago fuerzas para no acabar, no todavía. Tu lengua se envuelve a mi miembro como queriendo apretarlo y exprimirlo para que libere su nectar. Tu mano agarran mis huevos, sospesandolos concienzudamente como midiendo la cantidad de leche con la que podrás deleitarte, como un oso se relame cuando encuentra un panal deseoso de sacarle toda su miel.

No doy mas... Me mirás y te sonreís pensando que ahora sos vos la que va a determinar cuando y como beberás mi néctar...

- Querés acabar?
- En un ratito - contesté arrepintiéndome, sin determinar bien si aguantaría mucho más ése suplicio, pero a su vez deseoso de tenerte ahí dándome tanto placer...

Sacándote mi verga de la boca te parás frente mí me mirás, me besás. Nuestros olores se mezclan, nuestros gustos se intercambian. Te apoyas en mí, firmemente. Ahora sos vos la que me recuesta en la cama. Estoy boca arriba, te subís encima mío dispuesta a cabalgarme. Ése segundo que me diste alcanzaron para darme un pequeño respiro... El embate final, pienso.

Con destreza y maestría miro como muy lentamente te vas sentando sobre mí verga dura, el calor de tu boca es reemplazado por tu caliente y mojado sexo, me mirás y con ritmo suave y preciso comenzás a mover tus caderas, tus pechos también se bambolean y tus pezones erectos me apuntan acusadores... Creo que me voy a desmayar del placer!

De golpe, una sonrisa cómplice se dibuja en tu rostro.. Tus movimientos acompasados se detienen, me desespero trato de seguir yo con el ritmo que traías:

- Shhh - me susurrás - quieto!!

Obedezco mansamente, de golpe siento como los músculos de tu concha húmeda, caliente y jugosa, aprietan mi verga una y otra vez... Ahora si, no aguanto más:
- Por favor, no doy más... - casi te suplico - quiero acabar!
- Yo también, quiero tomar mi recompensa...

Un brillo de venganza cruzó tu mirada. Con una rapidéz asombrosa
te das vuelta, tu sexo en mi cara, mi sexo ardiente en tu boca. Te chupo con descaro, con desesperación... Siento como la chupás con el mismo descaro e idéntica desesperación... No lucho más, me entrego a vos... Mis jadeos y tus jadeos retumban en la habitación... Exploto, explotás... Siento que mi néctar tan codiciado por vos, fluye a borbotones. Tu sexo también generoso me entrega sus jugos. Tu lengua, pulcra y hacendosa lame mi sexo inerte en búsqueda de cualquir gota del elixir tan preciado. Nos quedamos así segundos que se transforman en horas.

Te das vuelta, tu cabeza reposa sobre mi pecho. Mi mano la acaricia y juguetea con tu pelo.

Me mirás y con ése timbre de voz tuyo tan particular, que quedará grabado para siempre en mi memoria, me decís:

- Descansemos un poquito que esto en ratito continúa, no es cierto??
- Si, esto va a continuar - un pequeño cosquilleo en mi bajovientre me indica que estoy acertado...



lunes, 6 de mayo de 2013

De tapeo

Había quedado con él en una cita a ciegas.
Le dije como iría vestida. Un vestido con estampados hippies en malva y blanco, muy corto, dejando ver mis pronunciadas curvas, abotonado de arriba-abajo, gafas de sol enormes y unos zapatos de tacón tipo sandalias descubiertas, en color rojo..
El dijo que llevaría camisa blanca y pantalón color caqui.
El lugar de encuentro un bar con barra en media luna y que preparan una tapas extraordinarias.

Entré, eché un vistazo rápido y lo vi. Imposible pasar desapercibido. Solo su manera de mirarme ya me gustó, pero cuando llegué hasta él y nos saludamos con un abrazo, noté como su energía rompía en mil pedazos mis esquemas. Así que opté por dejarme llevar por las sensaciones que en ese momento sintiese.
Había cogido el mejor sitio de la barra para sentarse….al final de ella y pegado a la pared. Yo senté mis nalgas en el taburete alto a su lado. Comenzamos a hablar sobre nuestras cosas personales mientras yo le pedía a la camarera (una macizorra de unos 50 tacos y tetas enormes) que nos pusiera una tapita y unos Riojas. Nos trajo unas migas con bacalao que decidimos comer con las manos.

Cogí una pequeña cantidad y se la ofrecí a su boca. Me miró asombrado y abrió suavemente su enorme y sensual boca y se metió mis dedos en ella, chupándolos y relamiéndolos, mientras me miraba con intensidad. Tragué saliva. Mi corazón empezó a latir tan fuerte como mi sexo. Entonces el cogió otro pequeño bocado con sus dedos y me lo dio a comer. Estaba delicioso, jugoso, chupé y relamí sus dedos sin piedad. Cerré mis ojos y con sus dedos en mi boca imaginé su pene el cual devoraba, mordía, lamía y besaba…..cuando los abrí, vi unos ojos casi fuera de las órbitas, unos labios llenos de humedad y deseo y una polla a punto de salir por el pantalón. Entonces me di cuenta que no llevaba calzoncillos.

Aquello me hizo sumamente poderosa y lasciva. Le dije que iba al baño. Yo necesitaba sentir todo mi poder de hembra sin ataduras, así que, me quité el tanga y el sujetador y los guardé en mi bolso. Levanté mis brazos por encima de mi cabeza y sacudí mis pechos consiguiendo endurecer mis pezones sintiendo el sumo placer de su libertad. Desabroché botones arriba y debajo de mi vestido dejando una abertura perfecta.
Me sentía tan excitada que me atreví hacer algo que tal vez acabase con esta cita o tal vez se pusiera tan loco como para devorarme en el mismo bar.
Me arriesgué. Metí mi dedo en mi sexo húmedo y salí del baño. En el corto trayecto a mi taburete no nos quitamos ojo. Mi cuerpo intentó ponerlo a mil con su contoneo provocativo y cuando llegué a su lado y me senté, lo hice….. llevé mi dedo bañado en mi sexo a su nariz y esperé su reacción. Fueron segundos muy tensos para mi. Solo me miraba sin decir nada.

De repente gira mi taburete dejándome frente a él, disimuladamente su mano me abre las piernas, desabrocha dos botones más de mi vestido dejando al descubierto mi sexo solo para sus ojos. Mi brazo seguía apoyado sobre la barra disimulando mientras sus dedos no paraban de introducirse en mi sexo una y otra vez y se los llevaba cual manjar a su boca.
Me daba envidia su descaro, así que le saqué su polla y así poder contemplarla y acariciarla mientras nos dábamos de comer con los dedos el manjar de la tapita imaginando que eran nuestros sexos los que llevábamos a la boca. La situación era una locura, tener su sexo fuera del pantalón, pudiendo ver sus brincos, manosear su humedad, chupar mis dedos con su sabor salado y tocarla sin que nadie se percatara de ello, hacía que mi coñito se humedeciera más aún….

Cuando el bar aflojó clientela, él pidió a la camarera que nos preparara otra tapita especial, y mientras estaba en la cocina y la otra pareja a lo suyo, mi amante se arrodilló ante su Diosa y besó mi sexo. Después de sus besos vino su lengua y sus mordiscos viciosos. Mis ojos vigilaban la cocina mientras mi mano agarraba su nuca para morirme de placer con su boca….calor, saliva, mucho calor y más saliva….Sentí como estaba a punto del orgasmo y le separé la cabeza. Besé su boca impregnada de mi olor y le dije al oído que ahora vigilase él la cocina. Bajé de mi silla, cogí mi copa de vino, me agaché de espaldas a la barra, mojé su sexo en mi copa y lo saboreé a placer. Henchido, latente…mmmmmm…sumamente delicioso. Me trastornaba su excitación brutal. En una mano mi copa, la otra masturbando mi sexo y mi boca en un vaivén de tira y afloja que consiguió meterlo en éxtasis. Todo se volvió insonoro a mi alrededor. Solamente mantenía despierto mi olfato, mi gusto saboreando aquel manjar y el tacto de mis dedos que enloquecían mi clítoris, mientras tenia su pene en mi boca.

De repente sentí como me elevaban y me ponían de nuevo en el taburete con una fuerza hercúlea y todo el entorno volvió a cobrar vida. De la cocina salía la segunda tapita deliciosa, tiritas de jabuguito…ummmmmmm. El bar prácticamente estaba vacío ya, salvo por un hombre tomando una copa de vino y la cocinera en la barra.
Con nuestros sexos al aire, empapados y con ganas de comernos, solo esperábamos que la cocinera se fuese a la cocina. Malditos programas rosas de tv que emboban a la gente. Allí estaba ella contemplando las mierdas de la gente que viven de eso. Ufff….necesitábamos un milagro. Mientras llegaba ese milagro, nos dábamos de comer bocaditos de jabugo con una mano y con la otra no parábamos de juguetear con nuestros sexos para mantenerlos erectos y llenos de pasión.

En ese momento suena el móvil de la cocinera. Milagro!!!!!!………Su manera de tocarse el pelo, de hablar sensualmente y esa risa tonta que nos entra a las mujeres cuando al otro lado del teléfono te están diciendo que te van a comer el coño sin dejarte nada sano, me hizo adivinar que no tardaríamos en estar solos. Al momento nos dijo que tenía cosas que hacer en la cocina y que si la necesitábamos que la llamásemos.

Nada mas cerrar la puerta, él me levantó de mi silla y me subió a sus piernas insertándome lentamente en su polla. El sentado en el taburete alto….Yo sentada encima de él con mis piernas colgando… Nuestros sexos unidos…Solo faltaba mi baile sensual de caderas y el aplauso de sus manos sobre mis nalgas…

Y uno, dos, tres golpes...
Arriba y abajo
Abajo y arriba
Derecha –Izquierda
Izquierda-Derecha
Ronroneo en su cuello
Nos comemos la boca
Tragamos saliva
Me ayuda con sus manos en mi baile.


Yo dirigía el baile y él me acompañaba disfrutando al máximo de él. Una carrera frenética para llegar al orgasmo y no ser descubiertos. Y el roce frenético de nuestros sexos consiguió hacer fuego. Un volcán de lava candente se derramaba entre mis piernas….lava que también derretía su sexo…gemidos ahogados en nuestras bocas, mientras nos comíamos y ahogábamos nuestros gemidos…miradas que lo decían todo.
Nos volvimos a sentar cada uno en nuestra silla sin dejar de mirarnos. Pude ver en su mirada aun su calentura y en su interior a un hombre intentando encajar el golpe erótico, enigmático y difícil de comprender, que le había dado una diosa.
De repente se acerca el hombre que había estado en la barra tomando una copa de vino y le dice, mientras me agarra posesivamente de la cintura: “Te ha gustado lo que te ha hecho mi mujer?”.





jueves, 2 de mayo de 2013

Mírame y luego...


Por fin has llegado. Ven. Hoy quiero que me mires. Desnúdate y siéntate en esta silla mirándome. Voy a masturbarme para ti. Te dejo tocarte si te apetece. Me siento en el borde de la cama, me quito mi camisa, ves mi pechos están excitados por verte frente a mi desnudo, medio excitado. Quito mi falda y mi tanga, pero me dejo mis medias. Me gusta verme así. Me coloco en medio de la cama, pongo una almohada debajo de mi cabeza para verte mientras me acaricio. Mis piernas flexionadas se abren y te dejan ver todo mi sexo. Tus ojos brillan, tus labios hacen muecas, tu sexo crece...no puedes evitar tocarlo. Bajo mis dedos húmedos a mi sexo y empiezo suave a acariciarme de arriba abajo, mi otra mano acaricia mis pezones duros. No dejo de mirarte. Ahora concentro toda mi energía en mi clítoris, no puedo parar... empiezo a gemir y eso te trastorna. Veo como empiezas a masturbarte a mi ritmo, cada vez mas fuerte, cada vez más rápido. Tengo que dejar de mirarte porque llega mi orgasmo, mi espalda se arquea y necesito echar mi cabeza hacia atrás. Estoy rota, inmóvil en la cama... Siento como me coges mis pies y me arrastras al borde de la cama, levantas mis piernas en tus manos y siento como me penetras, con fuerza y sin compasión. Me embistes, golpeas, gimes....y por fin eres mío. SOLO MÍO.