Freyax

lunes, 26 de diciembre de 2016

Ni un Pelo

Marta siempre se quejaba de lo desagradable que era que Mateo no se afeitase. Le irritaba la piel cuando la rozaba. Una y otra vez le repetía la misma cantinela: "Mateo rasúrate o no voy a dejar que te acerques". Un día Mateo decidió contentarla, cogió la guilette y "ras-ras-ras" se puso a cortar vello hasta dejar su vientre, su pene y sus testículos como los de un recién nacido. Eso le causó tanto placer a Marta que aquella noche descubrió que era multiorgásmica y los vecinos también. Las delgadas paredes que separaban los pisos no eran suficientes para amortiguar los aullidos -más que gemidos- de Marta cuando alcanzaba el clímaxrepetidamente, ni los chasquidos del choque de sus ingles desnudas de pelo cuando Mateo la embestía. Después que aquella noche ya no hubo más vello en lapolla de Mateo. Ni un solo pelo que pudiera irritar la delicada piel de su amada. Las sesiones de sexo "sin pelo" se sucedían entre la pareja casi a diario lo que provocó la envidia de las vecinas y la admiración -contenida eso si- de los vecinos. Envidia y admiración que dejaban traducir en una mirada despectiva de ellas cuando se cruzaban en el portal o ascensor con Marta y en una sonrisa de complicidad de ellos cuando lo hacían con Mateo.

Y todo ello por el simple hecho de tener o tener….pelos.

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