Freyax

viernes, 13 de diciembre de 2013

En el club

Dos animales salvajes se reconocen al instante…



Nuestras miradas explorándonos detenidamente, perfilando nuestra silueta que se recorta en las tenues luces que iluminan el club liberal.
Te observo bailando divertida entre un grupo de chicos. Sabes moverte, y atraer miradas. Me gustas, eres de las mías.

Estoy a dos escalones por encima de ti, buscando un hueco entre la gente.
Me sonríes, te sonrío y mmm la puerta abierta de par en par..
Nos acercamos sin dejar de movernos, dejándonos envolver por el éxtasis del momento, enzarzadas en una demostración de habilidades, de la que no sólo somos testigo nosotras…

El contacto con tu piel húmeda estimula aún más mi apetito…
Tus ojos centellean en la oscuridad. Mi muslo se abre camino entre tus piernas, mientras bailamos pegadas, frotándonos, acariciándonos, rozando nuestra intimidad con descaro.
Ellas nos fulminan con la mirada. Ellos nos miran divertidos, creyendo que es tan sólo un juego calienta braguetas…
Y lo es, sólo que son las nuestras las que calentamos….¿verdad niña?

Media vuelta, y mis glúteos en contacto con tu pubis. Me abrazas por detrás, mientras nuestras caderas se mueven perfectamente sincronizadas. Te rodeo lentamente situándome frente a ti, tomándote del pelo con una mano, echando tu cabeza hacia atrás. 

No puedo esperar, me urge pasar a mayores.



Mis labios rozan tu cuello, tu boca se abre dejando escapar un suspiro
Miramos a nuestro alrededor, coges firmemente mi mano y desaparecemos rápida y discretamente camino a los baños…

Te empujo dentro y paso el cerrojo…
Locura, los impulsos se manifiestan libres sin censura. Nuestra respiración agitada. Gotas de sudor perlando nuestro escote y tus manos inquietas colándose por la cinturilla de mi pantalón. Tu tacto suave, húmedo, caliente. Tu lengua…. Mmm ágil, delicada y golfa
Tu pie apoyado en la taza, y mi lengua buscando tu calor, saboreando tu sabor salino, haciéndote perder el equilibrio. Apoyas tu espalda en las baldosas de las paredes , que destilan un vaho húmedo y caliente.
Nuestros gemidos se escuchan al otro lado de la puerta?

Que más da. Las golfas no tienen vergüenza por tomar un aperitivo.



Salimos del baño. Tu sabor en mi boca, tu olor impregnado en mi piel, en mis labios, en mi barbilla. Nos guiñamos cómplices un ojo, mientras nos inclinamos en el lavabo y nos lavamos la cara sonriendo descaradas. Secamos el exceso de humedad, y nos fundimos en un beso largo, intenso, caliente….

Un toque de barra de labios. Y salimos del local...esta noche continuaremos nuestro juego con todo lo que nos gusta aceites y lubricantesafrodisíacosjuegos en parejajuguetes xxxlencería ...




martes, 18 de junio de 2013

Cumpleaños FELIZ!!!...

Es mi cumpleaños y siempre tengo los típicos regalos, excepto los de él. Sabe lo que me gusta y siempre me sorprende.


Recibo un whatsapp: "A las 22:00 h. en hotel. Sube a la habitación 205 y pasa sin llamar".

Llego. Entro. Una luz tenue alumbra solo la cama y sobre ella 5 pañuelos de seda negra.

Oigo su voz. Intento buscarle por la habitación pero no consigo verle.
Desnúdate, súbete a la cama y vístete con los 5 pañuelos” me ordena.

Obedezco. Se que él no pierde detalle de mis movimientos, así que, dejo caer mi ropa muy suavemente al suelo. Subo a la cama desnuda. Ato 2 a cada uno de mis tobillos, 2 a mis muñecas y con el otro me tapo los ojos. De rodillas abierta sobre la cama, ciega, excitada, nerviosa, asustada....aunque no oigo nada, se que él está.

Se acerca, noto su cálida respiración. Controlo mis nervios e intento provocarle.
Mis manos acarician mi cuerpo, mi garganta emite pequeños sonidos de placer, mis manos tropiezan con mi sexo, meto los dedos en éll...mojándolo entero. Los llevo a mi nariz...ummm,...me encanta mi olor....

De sopetón siento como me empuja hacia adelante. Caigo con mi cara sobre la cama y mi culo queda en pompa...sus dedos entran sin permiso, salen... y siento su lengua viciosa que me hace tiritar...

Luego...NADA otra vez. Vuelvo a erguirme. Donde estás?-pregunto en voz alta.

Silencio

Otra orden: “Túmbate boca arriba.”

Tira de los pañuelos, y mis manos se alzan sobre mi cabeza y quedo atada al cabecero de la cama. Abre mis piernas y las ata a los extremos de la cama.
Anula mi voluntad...y mi cuerpo queda preso de sus caprichos.

Otra vez Silencio

Siento en mi cara algo que me acaricia, la puedo oler, es una rosa. Siento como recorre mi cuerpo con ella hasta llegar a mi sexo. Siento como los pétalos se abren en mi sexo...intento abrir las piernas al máximo para saborear esas suaves caricias y de golpe, siento mi clítoris succionado con fuerza por una boca fría. Que placer! Arqueo mi espalda. Y grito con todas mis fuerzas.
Es demoledor el contraste. Es como si te bañaras en agua caliente y te echaran agua fría sin esperarlo.

La boca es lo único que me pertenece. Le insulto. Le digo cosas brutales, lo sé, pero no puedo evitarlo. Es la reacción consecuente a lo que me hace.
Quita su boca de mi sexo a punto de correrme.
Le suplico.
Le imploro que siga.

Silencio absoluto.

Mi boca comienza a ser cruel...salen sapos y culebras por ella.
Y me obliga a callar. Su polla se mete en mi boca sin esperarla. Dejo que entre y salga de ella. No pienso chupar.
Quiero cabrearlo un rato. Que sepa que yo soy la única que puedo darle ese placer.
Vamos cómetela!!”-me ordena impaciente.

Solo abro la boca. No succiono. Inmóvil.
La saca de mi boca y me encuentro con sus labios que me besan y me dicen:
Mi niña, dame el placer que solo tu sabes darme”-me susurra.
Dame tu polla”-le digo sonriendo.
Vuelve a meterla en mi boca. Entonces la agarro con fuerza entre mi lengua y mi paladar, con todo mi deseo, como si se fuera a escapar...succionando con pasión arriba y abajo...chorreando su sal y mi saliva. Está excitadísimo. Me agarra del pelo por la nuca y me da unas embestidas que casi me ahogan y sale de mi boca. Se que esta a punto de explotar, igual que yo, pero quiere seguir jugando.

Me desata los pies, me da la vuelta en el aire y vuelve a atarlos. Me coloca una almohada debajo de mi vientre y quedo completamente indefensa, abierta a la altura idónea para ser penetrada salvajemente.

Entonces comienza a lamerme mi sexo y mi culo con voracidad...todo es para él. Sabe lo que me enloquece, lento, rápido, arriba, abajo y tragándolo entero. Mis manos sujetan como pueden los pañuelos...mis espasmos mueven la cama. Él agarra mi culo con fuerza, mientras su boca derrite mis sentidos y me lleva al orgasmo más brutal jamás sentido. Desplomada y sin fuerzas siento su polla insertarse hasta lo más hondo de mi ser...de un solo golpe. No se mueve, solo me besa la espalda y me pellizca mis pezones con sus grandes manos, las baja y sobetea mi clítoris y comienza a follarme sin piedad....me viola...yo no puedo moverme...esta destrozando mi coño...gemidos salvajes encima de mi...Una, y otra y otra y otra y más y más........y mi boca deslenguada diciéndole palabras sin tregua, su mano masturbándome el coño y su polla penetrándome consiguen que me vuelva a correr...esta vez los dos a la vez...

Me desata y me quita el pañuelo de los ojos. Tiene cara de haber sido un chico muy malo y de haberse salido con la suya. Yo me siento como la amante más follada y amada de la tierra.


Y se pone a cantarme el CUMPLE AÑOS FELIZ!!!!


lunes, 3 de junio de 2013

Parejas en el Ambiente liberal


Llevo muchos días dándole vueltas a esta entrada, no me gusta poner etiquetas porque tampoco me gusta que me etiqueten, es solo un intento de explicar (bajo mi punto de vista) las diferencias que existen en las parejas a la hora de disfrutar del ambiente liberal.

No existe una manera correcta de disfrutar del ambiente liberal, cada pareja encuentra su manera de disfrutar, y no siempre disfrutará de la misma manera.

Voy a intentar describir los 4 tipos de relaciones que disfrutan el Ambiente liberal

Parejas Liberales: Las parejas liberales tienen libertad absoluta en el plano sexual, es posible que compartan el sexo con su pareja en un trío  un intercambio de parejas o una orgía  o que queden las dos partes de la pareja por separado con sus diversos amantes.

Parejas Swinger: Las parejas Swingers son aquellas que practican el sexo con otras personas, pero en el mismo espacio físico, se necesitan ver para disfrutar.

Cuckold: Son las parejas donde es ella exclusivamente la que mantiene relaciones sexuales consentidas por él, con otras personas, donde él se mantiene fiel y disfruta viendo o teniendo conocimiento de las relaciones sexuales de su pareja.

Poliamor: Son las parejas que buscan una relación estable con las personas con las que practican sexo, ya sean chicos, chicas o parejas pueden ser parejas swingers, parejas liberales o parejas Cuckold, no son parejas promiscuas prefieren tener uno o dos amantes y establecer con ellos una relación afectiva.

Pero pueden tener todas algo en común, que les gusta incorporar en su vida sexual aceites y lubricantesafrodisíacosjuegos en parejajuguetes xxxlencería

Si sois una pareja es posible que os veáis reflejados en uno de estos perfiles, en varios de ellos o en todos a la vez.

Pon tus reglas y disfruta del Juego más Adulto.




viernes, 17 de mayo de 2013

Bebiendo de Mar


Hoy os traigo un relato de un buen amigo, argentino para más señas. Espero que disfrutéis del relato tanto como lo he hecho yo, y para cualquier comentario, os dirigís a @sermagri
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El teléfono de mi habitación sonó:

- Sr, hablo de recepción
- Si, buenas noches
- Sr, lo busca la Sra Mar Marina
- Gracias, que suba...

A lo lejos escucho la campanilla del ascensor que se detiene en el piso de mi habitación  Doy un último vistazo al cuarto, todo está en orden. Me pongo unas gotas más de mi perfume preferido para la ocasión, Polo Blue, justo cuando unos golpecitos suaves pero firmes se escuchan en la puerta.

Mi latidos se aceleran... Abro la puerta y nos quedamos mirando... El tiempo se detiene, te agarro entre mis brazos y nos fundimos en un abrazo. Tus pechos se clavan en mi pecho, siento que son como tizones encendidos... Mi miembro se pone duro, duele apretado dentro del jean. Te das cuenta y me empujas con tu pubis. Te miro y busco tu boca, con los ojos cerrados la entreabris dispuesta a que mi lengua busque la tuya... Pero no me apuro, agarro tu labio y con mis dientes te lo aprieto, con tu lengua tratas de zafarte, pero no te dejo...

Sin soltar tu boca te llevo al borde de la cama, te siento y tu mano tantea mi verga dura y queres bajarme la cremallera... No te dejo, dulcemente pero con firmeza te recuesto. Mis manos te desabotonan la blusa, tus pechos también parecen estallar. Tus pezones duros, paraditos, piden a gritos que los bese, que los chupe con intensidad... Les hago caso, atrapo a uno entre mis labios y con la lengua le doy golpecitos, comienzas a respirar más hondo, todo me indica que voy por buen camino y sigo succionando con placer.

Tu falda corta, no es un impedimento para dejar al descubierto unos muslos firmes, bien torneados. Mi mano baja y comienzo a acariciar la parte interna, con la yema de mis dedos. Automáticamente tus piernas se abren un poquito, en silencio me estás ordenando que toque tu sexo, que seguramente a esta altura ya debe estar mojadito... Casi sin querer, mi dedo medio hace un poco de presión a la altura en donde tu clítoris aún se encuentra protegido por los labios mayores. Un gemido tuyo, mi verga a punto de estallar... Me tengo que controlar, pienso. 

Me arrodillo junto a vos... Querés incorporarte, agarrar vos las riendas, ser la hembra dominante... Pero todavía no, soy yo el que quiere llevarte a tu primer orgasmo.
Arrodillado entre tus piernas, me acomodo y con destreza te quito la bombacha... Tu sexo queda a cm de mi cara, te acomodas apoyándote en tus codos, no querés perderte detalle de como voy a disfrutar bebiendo tus jugos. Te miro, nos miramos... 

Con perversidad mi lengua recorre tu muslo, tu parte exterior de tu sexo ardiente, tu fastidio me divierte:

- Por favor - me decís casi suplicando - Pedime Mar, pedime
- Chupamela.. Ahora!

Con dulzura, mi lengua te penetra hasta llegar a tu clítoris hinchado de placer, tus jugos salados... Los saboreo como la ostra más preciada, con mi lengua dentro tuyo te miro . Verte gozar a punto de estallar, hace que mi lengua enloquecida se introduzca dentro tuyo. Estás a punto de acabar, me doy cuenta por tus gemidos, por el estremecer de tu cuerpo. Me agarrás la cabeza para hundirla con fuerza en tu concha mojada por mi saliva y tus jugos pero me zafo, saco mi lengua que sin aviso se mete traicioneramente en tu culo, que suavemente se relaja y se distiende... Ahora si, no das mas! 

Hundo mi cara en tu sexo, siento como tus jugos comienzan a emborracharme. Tu cuerpo se arquea, tus uñas se clavan en mis hombros... Te miro, nos miramos justo cuando estallás... Que hermosa imagen verte retorcida de placer... Lamo con total dulzura tus jugos, mi saliva... 

Mi dulce Mar, tu sexo salado como el mar, y yo bebí de el.

Me quedo así, quieto y expectante esperando que disfrutes tu explosivo orgasmo, mi cara y mi barbita prolijamente recortada, huelen a tu sexo. Como al descuido y antes de incorporarme la punta de mi lengua humeda acaricia tu clitoris todavía hinchado, das un estertor de placer. Me pongo de pié y saco mi verga dura y, a este punto viscosa. Me bajo los pantalones y agarrándola firmemente, te la refriego por tu sexo. Muy lentamente mi cabeza roja y deseosa de acción recorre cm a cm tu concha jugosa... 

De pronto, como resucitada de un sopor profundo, te sentás en el borde de la cama. Ahora sos vos la que quiere tomar las riendas, y sin darme tiempo a nada tu boca se abre y mi verga caliente con el calor y la humedad de tu boca parece que va a estallar. Hago fuerzas para no acabar, no todavía. Tu lengua se envuelve a mi miembro como queriendo apretarlo y exprimirlo para que libere su nectar. Tu mano agarran mis huevos, sospesandolos concienzudamente como midiendo la cantidad de leche con la que podrás deleitarte, como un oso se relame cuando encuentra un panal deseoso de sacarle toda su miel.

No doy mas... Me mirás y te sonreís pensando que ahora sos vos la que va a determinar cuando y como beberás mi néctar...

- Querés acabar?
- En un ratito - contesté arrepintiéndome, sin determinar bien si aguantaría mucho más ése suplicio, pero a su vez deseoso de tenerte ahí dándome tanto placer...

Sacándote mi verga de la boca te parás frente mí me mirás, me besás. Nuestros olores se mezclan, nuestros gustos se intercambian. Te apoyas en mí, firmemente. Ahora sos vos la que me recuesta en la cama. Estoy boca arriba, te subís encima mío dispuesta a cabalgarme. Ése segundo que me diste alcanzaron para darme un pequeño respiro... El embate final, pienso.

Con destreza y maestría miro como muy lentamente te vas sentando sobre mí verga dura, el calor de tu boca es reemplazado por tu caliente y mojado sexo, me mirás y con ritmo suave y preciso comenzás a mover tus caderas, tus pechos también se bambolean y tus pezones erectos me apuntan acusadores... Creo que me voy a desmayar del placer!

De golpe, una sonrisa cómplice se dibuja en tu rostro.. Tus movimientos acompasados se detienen, me desespero trato de seguir yo con el ritmo que traías:

- Shhh - me susurrás - quieto!!

Obedezco mansamente, de golpe siento como los músculos de tu concha húmeda, caliente y jugosa, aprietan mi verga una y otra vez... Ahora si, no aguanto más:
- Por favor, no doy más... - casi te suplico - quiero acabar!
- Yo también, quiero tomar mi recompensa...

Un brillo de venganza cruzó tu mirada. Con una rapidéz asombrosa
te das vuelta, tu sexo en mi cara, mi sexo ardiente en tu boca. Te chupo con descaro, con desesperación... Siento como la chupás con el mismo descaro e idéntica desesperación... No lucho más, me entrego a vos... Mis jadeos y tus jadeos retumban en la habitación... Exploto, explotás... Siento que mi néctar tan codiciado por vos, fluye a borbotones. Tu sexo también generoso me entrega sus jugos. Tu lengua, pulcra y hacendosa lame mi sexo inerte en búsqueda de cualquir gota del elixir tan preciado. Nos quedamos así segundos que se transforman en horas.

Te das vuelta, tu cabeza reposa sobre mi pecho. Mi mano la acaricia y juguetea con tu pelo.

Me mirás y con ése timbre de voz tuyo tan particular, que quedará grabado para siempre en mi memoria, me decís:

- Descansemos un poquito que esto en ratito continúa, no es cierto??
- Si, esto va a continuar - un pequeño cosquilleo en mi bajovientre me indica que estoy acertado...



lunes, 6 de mayo de 2013

De tapeo

Había quedado con él en una cita a ciegas.
Le dije como iría vestida. Un vestido con estampados hippies en malva y blanco, muy corto, dejando ver mis pronunciadas curvas, abotonado de arriba-abajo, gafas de sol enormes y unos zapatos de tacón tipo sandalias descubiertas, en color rojo..
El dijo que llevaría camisa blanca y pantalón color caqui.
El lugar de encuentro un bar con barra en media luna y que preparan una tapas extraordinarias.

Entré, eché un vistazo rápido y lo vi. Imposible pasar desapercibido. Solo su manera de mirarme ya me gustó, pero cuando llegué hasta él y nos saludamos con un abrazo, noté como su energía rompía en mil pedazos mis esquemas. Así que opté por dejarme llevar por las sensaciones que en ese momento sintiese.
Había cogido el mejor sitio de la barra para sentarse….al final de ella y pegado a la pared. Yo senté mis nalgas en el taburete alto a su lado. Comenzamos a hablar sobre nuestras cosas personales mientras yo le pedía a la camarera (una macizorra de unos 50 tacos y tetas enormes) que nos pusiera una tapita y unos Riojas. Nos trajo unas migas con bacalao que decidimos comer con las manos.

Cogí una pequeña cantidad y se la ofrecí a su boca. Me miró asombrado y abrió suavemente su enorme y sensual boca y se metió mis dedos en ella, chupándolos y relamiéndolos, mientras me miraba con intensidad. Tragué saliva. Mi corazón empezó a latir tan fuerte como mi sexo. Entonces el cogió otro pequeño bocado con sus dedos y me lo dio a comer. Estaba delicioso, jugoso, chupé y relamí sus dedos sin piedad. Cerré mis ojos y con sus dedos en mi boca imaginé su pene el cual devoraba, mordía, lamía y besaba…..cuando los abrí, vi unos ojos casi fuera de las órbitas, unos labios llenos de humedad y deseo y una polla a punto de salir por el pantalón. Entonces me di cuenta que no llevaba calzoncillos.

Aquello me hizo sumamente poderosa y lasciva. Le dije que iba al baño. Yo necesitaba sentir todo mi poder de hembra sin ataduras, así que, me quité el tanga y el sujetador y los guardé en mi bolso. Levanté mis brazos por encima de mi cabeza y sacudí mis pechos consiguiendo endurecer mis pezones sintiendo el sumo placer de su libertad. Desabroché botones arriba y debajo de mi vestido dejando una abertura perfecta.
Me sentía tan excitada que me atreví hacer algo que tal vez acabase con esta cita o tal vez se pusiera tan loco como para devorarme en el mismo bar.
Me arriesgué. Metí mi dedo en mi sexo húmedo y salí del baño. En el corto trayecto a mi taburete no nos quitamos ojo. Mi cuerpo intentó ponerlo a mil con su contoneo provocativo y cuando llegué a su lado y me senté, lo hice….. llevé mi dedo bañado en mi sexo a su nariz y esperé su reacción. Fueron segundos muy tensos para mi. Solo me miraba sin decir nada.

De repente gira mi taburete dejándome frente a él, disimuladamente su mano me abre las piernas, desabrocha dos botones más de mi vestido dejando al descubierto mi sexo solo para sus ojos. Mi brazo seguía apoyado sobre la barra disimulando mientras sus dedos no paraban de introducirse en mi sexo una y otra vez y se los llevaba cual manjar a su boca.
Me daba envidia su descaro, así que le saqué su polla y así poder contemplarla y acariciarla mientras nos dábamos de comer con los dedos el manjar de la tapita imaginando que eran nuestros sexos los que llevábamos a la boca. La situación era una locura, tener su sexo fuera del pantalón, pudiendo ver sus brincos, manosear su humedad, chupar mis dedos con su sabor salado y tocarla sin que nadie se percatara de ello, hacía que mi coñito se humedeciera más aún….

Cuando el bar aflojó clientela, él pidió a la camarera que nos preparara otra tapita especial, y mientras estaba en la cocina y la otra pareja a lo suyo, mi amante se arrodilló ante su Diosa y besó mi sexo. Después de sus besos vino su lengua y sus mordiscos viciosos. Mis ojos vigilaban la cocina mientras mi mano agarraba su nuca para morirme de placer con su boca….calor, saliva, mucho calor y más saliva….Sentí como estaba a punto del orgasmo y le separé la cabeza. Besé su boca impregnada de mi olor y le dije al oído que ahora vigilase él la cocina. Bajé de mi silla, cogí mi copa de vino, me agaché de espaldas a la barra, mojé su sexo en mi copa y lo saboreé a placer. Henchido, latente…mmmmmm…sumamente delicioso. Me trastornaba su excitación brutal. En una mano mi copa, la otra masturbando mi sexo y mi boca en un vaivén de tira y afloja que consiguió meterlo en éxtasis. Todo se volvió insonoro a mi alrededor. Solamente mantenía despierto mi olfato, mi gusto saboreando aquel manjar y el tacto de mis dedos que enloquecían mi clítoris, mientras tenia su pene en mi boca.

De repente sentí como me elevaban y me ponían de nuevo en el taburete con una fuerza hercúlea y todo el entorno volvió a cobrar vida. De la cocina salía la segunda tapita deliciosa, tiritas de jabuguito…ummmmmmm. El bar prácticamente estaba vacío ya, salvo por un hombre tomando una copa de vino y la cocinera en la barra.
Con nuestros sexos al aire, empapados y con ganas de comernos, solo esperábamos que la cocinera se fuese a la cocina. Malditos programas rosas de tv que emboban a la gente. Allí estaba ella contemplando las mierdas de la gente que viven de eso. Ufff….necesitábamos un milagro. Mientras llegaba ese milagro, nos dábamos de comer bocaditos de jabugo con una mano y con la otra no parábamos de juguetear con nuestros sexos para mantenerlos erectos y llenos de pasión.

En ese momento suena el móvil de la cocinera. Milagro!!!!!!………Su manera de tocarse el pelo, de hablar sensualmente y esa risa tonta que nos entra a las mujeres cuando al otro lado del teléfono te están diciendo que te van a comer el coño sin dejarte nada sano, me hizo adivinar que no tardaríamos en estar solos. Al momento nos dijo que tenía cosas que hacer en la cocina y que si la necesitábamos que la llamásemos.

Nada mas cerrar la puerta, él me levantó de mi silla y me subió a sus piernas insertándome lentamente en su polla. El sentado en el taburete alto….Yo sentada encima de él con mis piernas colgando… Nuestros sexos unidos…Solo faltaba mi baile sensual de caderas y el aplauso de sus manos sobre mis nalgas…

Y uno, dos, tres golpes...
Arriba y abajo
Abajo y arriba
Derecha –Izquierda
Izquierda-Derecha
Ronroneo en su cuello
Nos comemos la boca
Tragamos saliva
Me ayuda con sus manos en mi baile.


Yo dirigía el baile y él me acompañaba disfrutando al máximo de él. Una carrera frenética para llegar al orgasmo y no ser descubiertos. Y el roce frenético de nuestros sexos consiguió hacer fuego. Un volcán de lava candente se derramaba entre mis piernas….lava que también derretía su sexo…gemidos ahogados en nuestras bocas, mientras nos comíamos y ahogábamos nuestros gemidos…miradas que lo decían todo.
Nos volvimos a sentar cada uno en nuestra silla sin dejar de mirarnos. Pude ver en su mirada aun su calentura y en su interior a un hombre intentando encajar el golpe erótico, enigmático y difícil de comprender, que le había dado una diosa.
De repente se acerca el hombre que había estado en la barra tomando una copa de vino y le dice, mientras me agarra posesivamente de la cintura: “Te ha gustado lo que te ha hecho mi mujer?”.





jueves, 2 de mayo de 2013

Mírame y luego...


Por fin has llegado. Ven. Hoy quiero que me mires. Desnúdate y siéntate en esta silla mirándome. Voy a masturbarme para ti. Te dejo tocarte si te apetece. Me siento en el borde de la cama, me quito mi camisa, ves mi pechos están excitados por verte frente a mi desnudo, medio excitado. Quito mi falda y mi tanga, pero me dejo mis medias. Me gusta verme así. Me coloco en medio de la cama, pongo una almohada debajo de mi cabeza para verte mientras me acaricio. Mis piernas flexionadas se abren y te dejan ver todo mi sexo. Tus ojos brillan, tus labios hacen muecas, tu sexo crece...no puedes evitar tocarlo. Bajo mis dedos húmedos a mi sexo y empiezo suave a acariciarme de arriba abajo, mi otra mano acaricia mis pezones duros. No dejo de mirarte. Ahora concentro toda mi energía en mi clítoris, no puedo parar... empiezo a gemir y eso te trastorna. Veo como empiezas a masturbarte a mi ritmo, cada vez mas fuerte, cada vez más rápido. Tengo que dejar de mirarte porque llega mi orgasmo, mi espalda se arquea y necesito echar mi cabeza hacia atrás. Estoy rota, inmóvil en la cama... Siento como me coges mis pies y me arrastras al borde de la cama, levantas mis piernas en tus manos y siento como me penetras, con fuerza y sin compasión. Me embistes, golpeas, gimes....y por fin eres mío. SOLO MÍO.




lunes, 29 de abril de 2013

Excavando (II)



Por la mañana me sentí más radiante que nunca y dispuesta hacer mío el mundo, era como si aquella masturbación en compañía me hubiera llenado de vida y pasión. Cuando volví a las ruinas, Malco y su equipo ya estaban allí.

Me puse al trabajo y durante toda la jornada él no paraba de mirarme de reojo, de ir donde yo estaba con cualquier duda para estar conmigo…simplemente, no dejó que me alejase de su lado ni quince minutos. Cuando terminamos la jornada quedamos para cenar en el restaurante de su hotel.

Fui para casa e intenté ponerme bella y seductora para él. Me puse un vestido de noche negro y largo, muy escotado tanto por delante como por detrás, de hecho el escote de atrás llegaba hasta el nacimiento de mi trasero, así que no llevaba ropa interior. Adorné mi muñeca con una pulsera que Malco me había regalado en Alejandría y que estaba hecha de figuras de Kamasutra y mi pelo recogido en una cola y alrededor de ella un adorno cuya figura era una mujer desnuda entrelazada entre rosas. Cuando me miré para salir a la cita, yo misma me sorprendí de lo que vi reflejado en el espejo; veía a una mujer bella, llena de voluptuosidad y erotismo y dispuesta hacer mío en cuerpo y alma a mi hombre.

Cuando entré en el restaurante, él se levantó de la silla y me miró tan asombrado como yo misma estaba de aquella visión. Se había enfundado en un traje verde oscuro y una camisa pastel. Aquel traje potenciaba el verde de sus ojos. Me agarró de la mano y simplemente nos miramos un buen rato transmitiéndonos todas las buenas vibraciones que nos pertenecían desde que nos conocimos. Yo estaba nerviosa y él también. Durante la cena hablamos de nuestras vidas desde que habíamos dejado nuestra relación y lo mucho que me había echado de menos y cuando llegamos al postre, él colocó una cajita encima de la mesa. Le dije que no quería regalos y me dijo que solo era prestado, pero que si lo aceptaba tenía que cumplir una deuda. Aquel reto sonó en mis oídos como algo irresistible que no podía pasar por alto en esa noche. Cuando lo abrí, vi que era el colgante del falo que habíamos encontrado en las ruinas con una cadenita para ponerla en ese mismo instante. Yo estaba hipnotizada y lo cogí entre mis manos y le dije que me lo pusiera, él me dijo que si lo ponía tenía que ser su esclava esa noche y acepté, entonces me lo puso y quedaba justo entre mis pechos. Me sentía sumamente poderosa y comencé a sentir una excitación y lascivia sin entender muy bien por qué. Le dije a Malco que me apetecía ya saldar mi deuda y subimos a la habitación.

Nada más cerrar la puerta me dio el beso que tanto habíamos añorado los dos y que necesitábamos como el respirar, después me llevó al baño y se colocó detrás de mí frente al espejo. Cogió los tirantes de mi vestido y los dejó caer y con ellos el vestido, me quedé totalmente desnuda con el colgante puesto como única prenda. El me agarró los pechos con sus manos sin dejar de mirar al espejo y cogía el falo del colgante con su mano y lo movía en círculos sobre mis pezones haciéndolos endurecer. Dejó de jugar y se desnudó, con una mano me invitó a echar mi torso sobre el frío mármol del lavabo sin dejar de mirar al espejo. Entonces me cogió las manos y me las ató en mi espalda con su corbata y me mandó abrir las piernas, yo tenía miedo porque nunca me había hecho eso cuando estuve con él y no sabía que podría llegar hacerme, pero esa era el pago por llevar el colgante en mi cuello. Yo no dejaba de mirar el espejo y de repente desaparece de mi vista….ya no lo veo, y noto como me sopla mi sexo y luego una lamida larga y suave y vuelta a soplarme, era una sensación increíblemente excitante y le pedí más, mucho más. Entonces separó bien mis nalgas y comenzó una comida de sexo en todo su esplendor y creí morirme de placer, y cuando estaba a punto de explotar se levantó, se agarró a mis caderas y empezó a follarme sin piedad, mirándonos al espejo, con mis pechos meneándose a un ritmo loco y el colgante golpeando con fuerza el espejo, no podía aguantar más ni sus embestidas, ni nuestras caras de placer, así que llegó mi orgasmo brutal, gimiendo como creo que nadie lo ha conseguido jamás. Exhausta me desplomé sobre el mármol de nuevo, pero él me cogió en brazos y me llevó a la habitación.

Tenía una especie de cómoda de la altura de mis piernas y larga. Me puso boca abajo sobre ella mi culo quedaba en pompa y mi cabeza recta en una posición ideal para follarme por detrás y por mi boca. Mis orificios los lubricó con un aceite, se tumbó sobre mi espalda y mientras susurraba palabras y frases deliciosas al oído me iba penetrando, unas veces por mi sexo y otras por mi culo. No me dolía en absoluto porque lo hizo tan dulcemente y tan embaucador a mis oídos que necesitaba esas penetraciones, pero una vez que me tenía muy dilatada y deseosa se colocó de pie y me arrastró hasta el final de la cómoda, mis pies tocaban el suelo y comenzó un bombeo a su antojo, abajo y arriba, me estaba llevando a un orgasmo continuo que mi cabeza ya no asimilaba, unas veces suplicaba clemencia, otras veces simplemente le decía “fóllame cabrón” ….

Cuando le vino en gana, salió de mi sexo, me dio la vuelta y se colocó frente a mí, su polla estaba colocada frente a mi boca, saqué mi lengua lasciva para provocarla e invitarla a entrar en mi boca y saborearla y así lo hizo. Yo estaba a su santa voluntad, así que agarró mi cabeza y suavemente introdujo su pene en mi boca follándola a su antojo un buen rato, pero cuando quiso salir de ella, se la presioné con mi paladar y no lo dejaba escapar, él volvía a metérmela y yo chupaba y cuando quería escaparse yo tiraba de ella hacia a mí, y aquel juego hizo que él se dejase llevar por aquella enajenación, arquease su espalda, gimiese como un macho copulando y dejase escapar su semen. Cuando terminó de bañar mi boca y aunque estaba casi mareado, le dije que no me podía dejar así de caliente, que necesitaba correrme de nuevo, así que se colocó de rodillas sobre mi sexo y mi culo y regalándome las pocas fuerzas que le quedaban, comenzó a succionar todos mis fluidos, a meterme la lengua por todos los orificios que había dilatado y comerme el clítoris con delirio hasta volver a llevarme al preciado mundo del orgasmo femenino.
No podía moverme y el poco más, me desató y me cogió en sus brazos llevándome a la cama. Creí que simplemente me habría usado para fóllame como jamás nadie lo había hecho, pero me equivoqué. Me rodeó con sus brazos, me regaló mil y un besos.


Mientras él dormía en mis brazos, cogí aquel colgante en mi mano y vi una mujer con vestimentas romanas, respetada por todos, deseada por muchos y cuando se giró solté de repente el colgante de mi mano porque la cara que vi en ella…era la mía.


martes, 23 de abril de 2013

Excavando (I)


Esa mañana había despertado mucho antes de lo habitual debido a mis sueños excitados.
Las sábanas acariciaban mi cuerpo desnudo y sus pliegues se habían metido en mi sexo consiguiendo mojarlo y hacerlo latir sin mi permiso. Y con unas ganas enfermizas de una lengua viciosa y a falta de una buena polla que me dijese “ese coño es mío”, metí mano al cajón de la mesilla y saqué a mi amigo insaciable que me llevó al orgasmo en diez segundos, tal vez fueron doce, y para empezar el día con alegría era suficiente. A falta de pan, buenas son tortas.

Me levanté y cuando estaba tomando mi café sonó el teléfono. Me llamaban del Ayuntamiento porque habían aparecido unas ruinas romanas y como arqueóloga debía presentarme en ellas para acordonar la zona y empezar los trabajos de limpieza. Me vestí con mis pantalones de exploradora que dejaban bien marcadas mis curvas, mis botas y una camiseta de tirante que marcaban mis pechos libres como yo. Más de una vez se me había criticado mi manera de provocar vistiendo, pero a estas alturas de la vida, me importaba poco las envidias de ellas y el calentamiento de ellos. Además así sus masturbaciones tendrían cara, tetas y culo que ponerle.

Cuando llegué creí morirme de la fascinación del hallazgo. Eran unas termas y al lado los yacimientos de una casa de familia importante romana. Mandé acordonar la zona y rápidamente mi equipo y yo nos pusimos a la delicada tarea de limpieza. El Alcalde me comunicó que al ser de tal envergadura el hallazgo había llamado a otro equipo de arqueólogos para que me ayudasen y en diez minutos se presentarían allí. Cuando el Alcalde llamó al capataz del grupo para presentármelo, tanto él como yo quedamos como auténticas estatuas de sal. Él había sido mi gran amor, mi gran pasión y mi gran follador. Nos habíamos conocido en unas excavaciones en Alejandría y habíamos vivido una tórrida relación que se rompió por culpa de nuestras ansias de trabajo. No había perdido nada de su atractivo, incluso yo lo veía más cañero que nunca. Vestía igual que yo, con su media melena plateada, una barba ideal para frotar mi coño y hacerlo derretir y unos ojos verdes que te mojaban sin permiso.

Nos saludamos como buenos colegas y nos pusimos a trabajar.

Yo estaba a cuatro patas limpiando una cajita de una belleza sublime. Mi culo estaba en pompa y mis brazos en su movimiento de cepillado me habían bajado el tirante de la camiseta sin darme cuenta y mis tetas se bamboleaban libres de adelante atrás como gelatina. De repente siento una mano que me sube el tirante y mete mis tetas dentro. Me giro y lo veo de pie, mirándome con lascivia y me dice “es simplemente rozarte y resucitas en mí lo que ninguna mujer ha conseguido desde que te fuiste”, que ganas en ese momento de sacar su polla de la bragueta y mamársela, pero estábamos en público, me quedaría con ganas hasta poder pillarlo a solas.

¿Has venido a manosearme las tetas? le pregunté, y entonces me dijo que venía para ver que tal iba con la cajita.. Se arrodilló a mi lado y entre los dos conseguimos sacarla intacta del terreno y suavemente la abrimos. Impresionante lo que había en ella. Era una cajita que había pertenecido a una mujer poderosa, tal vez una cortesana, ¿qué por qué lo se? porque dentro de aquella cajita había colgantes de falos, pulseras con posturas de fornicio y un extenso material erótico para adornar sus pechos, sus manos y su pelo para poner caliente al macho de turno. Pero de todo lo que había allí, me fascinó un colgante de un falo con testículos de unos cinco centímetros de largo y con una perfección absoluta.
Lo miré y le dije que daría lo que fuese por follar solo con ese colgante puesto, entonces me dijo que cuanto estaría dispuesta a entregar a cambio de hacer realidad ese sueño y simplemente le contesté que sería la esclava de ese hombre por esa noche.
Había sido un día de mucho trabajo y nos dispusimos a recoger. 

Todo lo encontrado lo llevamos a un laboratorio para ser limpiado y seleccionado, una vez terminamos nos fuimos todos a tomarnos unas cervezas a la cafetería del hotel donde estaban alojados los arqueólogos visitantes. Después de una conversación amena y distendida, me despedí de mis colegas hasta mañana porque estaba tremendamente cansada del día. Según salía por la puerta, me agarró Malco (ese era su nombre) y me dijo que me invitaba a cenar, y la verdad que yo lo único que deseaba era tomarme un baño relajante y así se lo dije, entonces quedó aceptada la invitación para el día siguiente y me dijo que cuando estuviese relajada ya en la habitación me telefoneaba. Le regalé un beso y me fui.

Llené mi bañera de agua caliente, aceite de coco, una luz tenue y en una mesilla pegada a la bañera tenía mi móvil y una buena copa de vino. Me sumergí en ese caldo delicioso que relajó al momento mis músculos y dejó en libertad el deseo de mi clítoris retenido entre los pantalones todo el día. Era una delicia acariciarme con aceite que conseguía una textura en mi piel resbalosa y deliciosa al tacto de mis dedos. Cogí mi copa y brindé por las mujeres provocadoras, llenas de sensualidad y llenas de libertad sexual, y en un recuerdo apurado a mi mente, también brindé por aquella mujer romana con tantas joyas eróticas que supuse que era una gran mujer en todas sus variantes. En el mismo instante que me acordé de ese colgante romano, sonó el móvil.

Era Malco. Su voz acariciaba mi piel y entonces le pregunté si se estaba tocando y me dijo que estaba encima de la cama, desnudo y acariciando aquella dura y gran polla que le habían otorgado. Deseé febrilmente hacerla mía, comérsela como solo yo sabía hacerlo degustando hasta el rincón mas pequeño de su piel y cabalgarlo sin piedad. Me apetecía masturbarme con él, así que le dije que me comiese el coño que me moría por tener su lengua y su barba acariciando mi clítoris. Comenzó tremendamente caliente a saborear mi coño por teléfono a susurrarme lo que me hacía mentalmente:
“Te abro las piernas, acaricio tu coño con mis dedos y separo tus labios, arrimo mi nariz para oler el perfume de hembra que enloquece mi mente, y te doy la primera lamida larga de adelante atrás y comienzan tus gemidos y tu gran humedad. Saboreo todo lo que me vas regalando a cada paso de mi lengua y tus manos aprietan mi cabeza pidiendo que te coma el coño con pasión. Meto tu clítoris entre mis dientes y mi lengua y lo succiono con fuerza y comienzan tus espasmos de locura transitoria, comienzas a querer escapar de mí y te sujeto los muslos con mis manos y no te dejo escapar. Me insultas y me dices que te deje, y no me da la gana y entonces explotas en un orgasmo que aún recuerdo tus aullidos de loba en celo que me hacían correrme muchas veces en las sábanas, recuerdas?”….

Uuuuffff, aquellas palabras me pusieron cardíaca y no paraba de acariciarme bajo el agua. Le dije que me acordaba de aquellos momentos y que también recordaba como gemía cuando yo se la comía y entonces lo oí gemir a través del teléfono y le dije: “Me vuelve loca cuando me dejas mamártela a mi antojo. Te tengo de rodillas en la cama, mi cabeza debajo de un almohadón y justo debajo de tu polla. Con una mano acaricio tu culo y los testículos y con la otra manoseo tu polla como si estuviera ordeñando y cuando me apetece te trago entero a un ritmo de locos y te vuelvo a soltar. Y me encanta meneártela con la mano, y jugar con ella y pellizcarte y después vuelve a pasar mi lengua caliente para darle mimos…ummmm, que deliciosa está. Mientras gimes como un buen macho que se la están mamando a conciencia, mis ganas de devorarte aumentan y suavemente me dejas que meta mis dedos para jugar un ratito con tu precioso culo y mientras mis delicados dedos violan sin daño tu culo, mi boca aprieta tu polla contra el paladar y te da pequeños tirones.Y no quieres que se acabe aquella locura pero llega la hora y yo no pienso parar hasta el final. Sigo mamando con mucha fuerza y sin soltarte de mi boca mientras mis dedos te follan y entonces explotas en un grito tan salvaje que hasta los dioses tienen celos de ti”.


Y entonces oigo un auténtico grito al otro lado del teléfono y eso me hace acelerar mi masturbación y casi al momento llega mi orgasmo que él también oye. Había sido una sensación maravillosa correrme con él. Dulcemente me dijo que era la mujer más misteriosa y maravillosa que se había cruzado en su vida y que quería tenerme de nuevo y entonces le deseé buenas noches y le dije que mañana cenábamos juntos.