La fiesta de Eros

El verano pasado, como todos los años hacíamos una escapadita a Vera, nos gusta su tranquilidad y sobretodo, no tenemos que llevar ropa prácticamente en todo el día. Eso es un lujo y un gozo, después de todo un año de tener que ir con el “uniforme” a trabajar.

Llegamos a media tarde al complejo naturista, y al entrar vimos el cartel que anunciaba la fiesta prevista para esa noche, “Fiesta de los discípulos de Eros”....Carlos me miró sonriendo y dijo: “Nena, esta noche fiestaaaa”

Cuando entramos en la sala, unos cenaban, otros iban y venían del self-service, y no pudimos dejar de observar a dos chicos que rodeaban a una mujer, ella no paraba de masturbar a los dos, mientras ellos le tocaban por todo el cuerpo y la penetraban con los dedos.


Nos sentamos en la mesa esperando a pedir la bebida, antes de levantarnos para ir a coger la cena.


El camarero nos atendió totalmente desnudo, y su polla quedo a escasos centímetros de mi cara, eso me puso a mil y a Carlos se le iluminaron los ojos de lujuria. Fuimos a coger la cena y delante de los mostradores, Carlos le rozó el culo a una mujer, ella al notarlo, sin pudor, al darse la vuelta se restregó contra el cuerpo de mi marido.

Nos estábamos excitando muchísimo....el calor del verano, los cuerpos desnudos por todos lados donde mirábamos...Mientras cenábamos, nos tocábamos mutuamente, mirando con descaro a toda esa gente desnuda, que a su vez nos miraba. Justo acabábamos de cenar y por megafonía se escuchó una voz anunciando que comenzaba la fiesta de Eros en el centro de la sala, se trataba de salir a bailar y cuando cambiara la música al instante hacerlo por la pareja que estuviera más cercana. Salimos a bailar, y cuando cambió la música, un hombre que estaba a nuestro lado me cogió y empezó a bailar conmigo pegándose mucho a mi, Carlos mientras tanto bailaba con un mujer morena muy guapa, conociéndolo creo que al principio le dio pudor su polla que se iba poniendo dura contra ella, pero como ella también se pegaba ansiosamente, él empezó a rozarla más dejándose llevar.

A estas alturas de la fiesta, ya había algunas parejas, grupos, tríos, por doquier diseminados haciendo de todo.

Carlos sabe que cuando me pongo muy caliente me gusta que me digan cosas fuertes, eso me pone a mil, cuando terminó la música se acercó y me susurro con la polla en la mano. “Quieres que te folle, so puta? Verdad?"- entonces me puso sobre una mesa cercana, tumbándome boca arriba abierta de piernas, con un ágil movimiento tenia su polla dentro de mi (a estas alturas), húmedo coño, estaba muy caliente, gemía y no paraba de retorcerme, mientras le miraba follándome y yo me tocaba las tetas.

Carlos tenía a una chica rubia acariciando su culo mientras follábamos, y por encima de su hombro le dijo: "Fóllatela bien, vamos dale" – entonces sacó su polla y se puso a besar y magrear a la rubia. Yo bajé de la mesa y al instante se acercó un hombre con la polla en la mano, me arrodille ante él, y sin dejar de mirar a Carlos me la metí en la boca, otro hombre se me acercó y empezó a tocar mi culo, deslizando uno de sus dedos dentro de mi coño, yo jadeaba, y cambiaba de polla cada rato, mientras cuatro manos y dos bocas me gozaban y me hacían morir de placer.
Carlos no perdía el tiempo tampoco, una chica le masturbaba y otra le ponía el culo en pompa, mientras él la penetraba con sus dedos.

Mi marido no aguantó más y cogiendo a la chica que le estaba comiendo la polla, se la sentó encima empezando ella a saltar como una loca en cuanto notó que la insertaba su rabo, mientras él le magreaba las tetas desde atrás.

Mientras yo, me dejaba hacer, hasta que uno de los hombres, me tumbó con la cara contra la mesa y por el culo me metió con embestidas fuertes y rápidas su polla una y otra vez, hasta entre gemidos y sudor, nos corrimos los dos...como soy buena samaritana y no podía dejar a mi "otro chico" así, por lo tanto me metí su polla en la boca y succioné con fricción, hasta que terminó corriéndose en mi boca,

Me fui hacia Carlos, relamiéndome de la leche que todavía salia de mi boca y le dije – “Ahora un regalito para mi maridito” – me arrodille ante ellos y comencé a lamer sus huevos subiendo hasta el coño de la chica – “mmmm” Carlos en ese momento estallo dentro del coño de la chica, mientras yo los observaba.

Todo terminó igual de rápido que había empezado....nos fuimos abrazados de la sala, llegamos a nuestro apartamento, nos duchamos, con una ducha caliente que volvió a despertar nuestros sentidos, y una vez saciados el uno del otro, nos dejamos llevar, esta vez por los brazos del dios Morfeo.