Freyax

lunes, 25 de febrero de 2013

¿Por qué asignamos un rol?



Ahora que llevamos tantos años experimentando nuestra liberalidad sexual tenemos claro lo que nos gusta, lo que queremos y, lo que es más importante aún, lo que no.

Somos personas que respetamos las tendencias sexuales de cada uno dentro de este juego, el más adulto al que pueden jugar 2 personas. Por lo tanto, no nos gusta asignar, ni que son asignen un rol, que nos identifique dentro del mundo liberal.

Pero puestos a jugar a la asignación de roles, sin duda hay dos que se acercan a la autodefinición que tenemos de nosotros, el primero es el candaulismo y el segundo el rol de puta y cornudo. Pero en ambos casos, debo hacer puntualizaciones.

Candualistas no somos, en el sentido exacto de la clasificación y de su significado global, solamente nos consideramos así en la parte en que, a mi pareja le gusta ver como excito a los hombres, pero solo eso.
Putay cornudo tampoco somos, quizás este rol es el que más lejos esta de nuestras preferencias y explicaré el por qué, pero antes decir que nos parece bien este rol para las parejas que se identifican con él y consideran que esa es su etiqueta, conste que no es una critica a este rol, sino nuestra explicación de porque nosotros no consideramos que estamos englobados en ella:

La Puta. (En este caso, sería mi papel) No me considero ninguna puta en el sentido despectivo, denigratorio y machista con el que se suele emplear el término de esta etiqueta, ya que con ese calificativo parece darse a entender que el hombre por el hecho de pagar tiene derecho a hacer con una mujer lo que el quiera para obtener todo el placer que desea, como contraprestación a una transacción económica.
Me considero una mujer libre pensadora y sexualmente activa que disfruto de mi feminidad y sensualidad en complicidad y compañía de mi pareja, que a una mujer que practica la prostitución, que además por cierto, en este juego la buena señora, para más inri, folla gratis.

ElCornudo. Para los nuevos en este mundo, o los que se creen con un “super pene” de “aguante sin límite”, este rol lo utilizan de modo denigrante, para humillar a la parte masculina de la pareja, entienden que el hombre es “un tonto de capirote” o un “picha floja al que no le importa “que le follen” a la “parienta” porque él no la deja satisfecha. Es importante también, que si un hombre sabe y es consciente de que su mujer mantiene relaciones sexuales con otros hombres, automáticamente desde esa premisa, deja de ser cornudo, y pasa a ser consentidor. En nuestro caso ninguna de las dos opciones son las que definen a mi pareja, él es mi compañero de juego, mi seguidor, mi cómplice, y ni él, y menos yo, le considero una cosa u otra.

Estas son nuestras etiquetas, las que mejor nos definen.

La ninfa. Esa que según la mitología, corría desnuda por el bosque, en la actualidad, somos mujeres que nos sentimos libres, hermosas, sensuales y muy femeninas, que estando casadas o en pareja, nos gusta disfrutar del sexo con otros hombres o mujeres en complicidad con nuestra pareja.

El cómplice. Porque para mí, mi pareja es mi dios del sexo, él conoce plenamente mi cuerpo, mi entrega con él no tiene limites, ni limitaciones. Él, me valora, comprende, ayuda, y respeta, además de ser mi mejor cómplice, amigo y compañero. Además disfruta, mientras mira o participa, del sexo que puedo tener. Él, consiente a estos juegos, y lo tengo siempre informado de todo lo que hago, por lo tanto no es un cornudo.

En una breve entrevista figurada, a un corneador y a el cómplice, el resultado podría quedar así:

¿Cómo te defines ante el sexo?

C.: Soy corneador
EC.: Soy un amante

¿Cómo entiendes el sexo con la mujer de otro hombre?

C.: Me gusta el sexo a mi manera, para satisfacer mi gusto personal, el de ella me es indiferente, su cuerpo es para mi disfrute personal.
EC.: Ante todo intento ser complaciente, respetuoso y educado. Esa pareja me ha dejado entrar en su mundo, que es un delicado equilibrio y debo corresponder a esa confianza, al menos conociendo los límites.

¿Te molesta la presencia del compañero de la mujer con la que estás?

C.: Me da exactamente igual, total, es una guarra que quiere que se la metan bien. Además el “otro”, es un cornudo si deja a su mujer con cualquiera.
EC.: Entiendo que el compañero quiera o no estar presente, esa es una cuestión privada de la pareja. Hay veces que la confianza entre ellos es tal, que parte del juego, es que ella expliqué con todo lujo de detalles como ha ido un encuentro sexual, sin estar él presente. Se puede decir que es otra variante aceptada del juego.

Se aceptan comentarios a favor, en contra, aportaciones propias, incisos....





1 comentario:

  1. Comparto el sentir del comentario en lo que significa de valoración y respeto personal. Por mi parte, que soy un hombre con intenso sentir femenino y me gusta ser usada como una puta perra, ese sentir me parece dignificante, porque me gustaría ser mujer y no lo soy, y anhelo algunos de sus rasgos característicos que admiro y deseo desarrollar en mi feminización; como pareja me gustaría ser cornudo, pero también sin el sentido peyorativo, sólo desde la idea de que mi pareja disfrute su cuerpo y su sexualidad con otras personas también, y compartirlo como dices. Para mí es muy digno ser una puta perra y un cornudo en este sentido.

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