Sin dejar de
hacer oes con el humo.
Inquietante,
frío, sueño caliente.
La mirada
perdida en el vacío.
Deseos grandes,
grandes sentidos.
Un domingo
cualquiera, pero no tanto.
La mirada en la
llama de la vela
las pupilas al
fondo de la alcoba.
Un espejo, en
domingo, una ola de paz desde el mar del olvido.
Sin dejar de
taparme con tu manta los pechos.
Abrumada de
versos, empapada de besos.
La mirada
perdida en el vacío.
Y ahora cierro
los ojos, y sonrío.
Un domingo
cualquiera, quizá no tanto.
A los lejos los
ecos de tu abrazo.
Las caricias
dormidas, que se despiertan raudas,
y me tocan las
manos, y me lamen el alma.
Un domingo
cualquiera, puede que ya ha pasado.
Alimento las
horas del próximo domingo
cuando tus
dulces labios se posen en los míos.
Y nos guarde la
noche, y no exista este frío...
y no aparezcas
y desaparezcas, y te quedes conmigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario